Gerald Martin, autor de 'Gabriel García Márquez, Una Vida’, habló con El Universal de las conversaciones que tuvo con el escritor de Aracataca para escribir el monumental libro, de su formación como novelista, de sus ambiciones y de su vida actual.
Gerald Martin está feliz. Después de un arduo proceso de 20 años investigando, entrevistando a cientos de personajes ligados a la vida de Gabriel García Márquez y de escribir más de mil páginas que terminaron reducidas a unas de 600, presentó la biografía tolerada del autor de ‘Cien años de soledad’. Asegura que estar en la Costa Caribe es el cierre con broche de oro de un ciclo maravilloso, por el hecho de ser la región de donde surgió la magia que Gabo plasmó en sus novelas.
El académico británico estuvo presente en la inauguración de la sala dedicada a García Márquez en el Museo del Caribe, en Barranquilla, en la que se le rinde homenaje al Nobel con una re-creación de una sala de redacción, con videos proyectados en las paredes y fotos de personajes que marcaron la vida del más importante escritor colombiano de todos los tiempos.
Martin atendió a El Universal en una habitación de hotel, siempre dispuesto a conversar sobre ‘El mago de Aracataca’.
¿Qué rasgos encontró en él que usted no sospechara que tuviera y que lo haya dejado sorprendido?
Obviamente sabía que era una persona muy disciplinada, pero no sabía que era una persona tan lúcida en sus ambiciones ni tan totalmente comprometida con ellas. Tampoco sabía que era una persona tan política. Sabía que le interesaba mucho, pero no sabía que la política después de los 30 años llegó a ser una cosa, no tan importante como la literatura, pero mucho más importante que en la mayoría de las personas.
¿García Márquez soñaba con ser todo lo que al final terminó siendo?
¿García Márquez soñaba con ser todo lo que al final terminó siendo?
Sí, yo creo que desde los 22 ó 23 años, desde que llegó a Cartagena y a Barranquilla seguramente tenía esa ambición, y probablemente desde que llegó a Bogotá en el 47. Eso yo no lo sabía, pero me he ido convenciendo.
¿En qué lugar sitúa a García Márquez entre los escritores de habla hispana?
Lo veo como uno de los más importantes de todos. No todos los críticos están de acuerdo, pero yo lo situaría con Cervantes, con Borges y escritores de esa talla. Creo que es un escritor único que tiene voz propia y que ha creado un sentido de humor único, reconocible en cada uno de sus libros, que es parte de su magia. Es un sentido del humor que viene de la Costa, de alguna manera ha universalizado el sentido del humor costeño.
¿La influencia del periodismo es clave en su desarrollo como escritor?
Es vital. No habría sido el tipo de escritor que es, pero habría sido de todos modos un escritor exitoso. Muchos escritores dicen que el periodismo es un estorbo, pero en García Márquez el periodismo le da esa cosa que tienen todos sus libros, una especie de embudo, que va a un resultado. Los periodistas siempre están buscando resultados y García Márquez también, siempre está buscando algún efecto para, de alguna manera, hipnotizar a los lectores y conseguir el resultado más dramático.
¿De dónde sale la materia prima del Gabo escritor?
¿De dónde sale la materia prima del Gabo escritor?
La infancia le dio a la vez toda la base, el semillero, de lo que iba a ser en el futuro. Creo que la combinación de la magia y el sufrimiento de su infancia fue algo que tuvo que superar, y superándolo, se hizo el gran escritor que es.
¿Hubo momentos en que usted se sintió en un laberinto, en que no encontraba la forma de salir?
La vida de García Márquez estudiada de afuera es mucho más coherente de lo que uno conoce. El enredo fue la cantidad de documentación, pero no el tipo de documentación. Nadie puede imaginarse todo lo que se está escribiendo siempre sobre él. En el lanzamiento del libro en Barranquilla vi una increíble fascinación en el público y nada tenía que ver conmigo, todo tenía que ver con el amor que la gente siente hacia García Márquez. Eso produce una gran cantidad de artículos, revistas, documentos, testimonios y yo me sentía muchas veces abrumado debajo de ese peso. Él se propuso algunos proyectos y ambiciones y poco a poco los iba consiguiendo con muchas dificultades, finalmente logró todo lo que se había propuesto.
Siempre lo hemos visto rodeado de poderosos, ¿cómo asume García Márquez su relación con el poder?
No siempre. Desde los años 70 realmente, antes no, como 7 u 8 años después de Cien Años de Soledad. El primero importante fue Castro. Él busca el poder, el poder lo busca a él. En un reciente artículo de Héctor Aguilar Camín, en la revista mexicana Milenio, se habla del poder en Gabo. Dice que el gran poder de García Márquez es su escritura y que su escritura es mucho mejor porque él ha conocido a los poderosos y puede hablar de eso, es una cosa muy interesante, bastante iluminadora. García Márquez no lo hace puramente por vanidad, aunque yo también me siento un poco vanidoso por haber conocido a Castro, a Felipe González, a los presidentes de Colombia, igual García Márquez, es natural, es humano. Pero él se acerca al poder para hacer cosas.
¿Hubo muchos momentos de tensiones entre usted y García Márquez durante las entrevistas que le hizo?
Muchas veces, sólo dos o tres veces llegamos a una situación un poco tensa, pero hubo muchos desacuerdos. Sobre todo sobre política colombiana, no siempre tenemos la misma interpretación de lo que está pasando, y con todo el respeto del presidente Pastrana yo no estoy de acuerdo con el apoyo que él le dio por allá en el 98.
¿Qué visión tiene Gabo de Colombia?
Hace 2 años que no hablamos de lo que está pasando en Colombia porque teníamos muchas cosas de qué hablar, y además, no quisiera comentar sobre lo que está pasando actualmente, aunque a mí como observador general me preocupa bastante lo que está pasando con las bases, porque soy, curiosamente, partidario de la unión latinoamericana, y creo que si Colombia tiene bases americanas en el país, eso es un estorbo para una mayor integración del continente, y me parece una lástima sobre todo por un presidente que acaba de ganar un premio de paz. Con Gabo no he discutido eso en los últimos años, hemos estado conversando de su vida y a veces de la mía.
¿Qué hace García Márquez en su vida cotidiana?
Lo de siempre, sólo que mucho más relajado. Escribe, sobre todo en las mañanas. Me dice que está revisando algunas cosas, pero no sé si esas cosas se publicarán. Pasa mucho tiempo con sus amigos, más que nunca. Viaja a Los Ángeles, donde está su hijo y sus médicos. Él está bien, pero obviamente hay chequeos dos o tres veces al año. Ya no tiene presiones ni compromisos tan importantes, es que ya tiene 82 años.
¿Qué importancia tiene Cartagena en la vida de García Márquez?
Muchísima importancia, aunque también la tiene Bogotá y Barranquilla. Dije en el lanzamiento del libro que la identidad de García Márquez se cristalizó en Barranquilla, porque Cartagena ahora es una ciudad muy diferente, pero en los 40 era muy tradicionalista. Fue fundamental, allí aprendió a ser periodista, en El Universal con Clemente Manuel. Obviamente él habría sido periodista de todos modos, porque García Márquez era lo que era, y aprendió de todo el mundo. Parte del genio de García Márquez es haber aprendido a aprender, y tenía muchos amigos que eran mayores que él, estaba en una ciudad tradicional, con gente mayor, gente un poco didáctica, pero cuando llegó a una ciudad más liberal como Barranquilla pudo ser lo que de alguna manera Cartagena le había ayudado a ser. Es muy importante que esa pelea sempiterna entre Cartagena y Barranquilla cese, porque él ha aprendido en ambas ciudades en momentos diferentes de su vida. Está bien que la fundación (Nuevo Periodismo) esté en Cartagena, porque fue allí donde aprendió a ser periodista. Pero después llega a Barranquilla y tiene más posibilidades con una vida más relajada y se cristaliza su vocación literaria. Es un ciudadano de la Costa entera.
¿Sabremos qué pasó entre Vargas Llosa y García Márquez?
No sabremos. Lo que sí sabemos a juzgar por los testigos es que algo tenía que ver la esposa de Vargas Llosa, porque él la mencionó en el momento de darle el puñetazo a Gabo. Si eso fue por una supuesta ofensa personal o nada más verbal, eso no lo sabemos. Y creo que probablemente no lo vamos a saber a no ser que Vargas Llosa –que yo sé que es capaz de todo- lo deje escrito en unas memorias póstumas. Pero creo que García Márquez jamás va a hablar sobre eso. En la obra de teatro de Vargas Losa publicada este año, ‘Al pie del támesis’, ha escrito una especie de versión cifrada alrededor de eso, bastante chistosa y muy interesante.
¿Cuando terminó la biografía sintió algún tipo de vacío, como preguntándose a qué se va a dedicar ahora?
Para mí ha sido un final feliz increíble, estoy en la Costa, es el final de mi Book Tour, voy a Miami, pero eso es para la versión norteamericana. Es un final sencillamente maravilloso. Cuando vuelva a Inglaterra tendré que tomar una decisión. Siempre he dicho que voy a seguir con la versión larga de la biografía y también con el libro del libro, el ‘así se hizo’, pero un descanso sería bueno. No estoy del todo seguro, soy un hombre de cierta edad, he trabajado intensamente en los últimos 3 ó 4 años, lo que espero es que no me haga daño la falta de adrenalina después de todas estas emociones.
Jorge Mario Erazo
Publicado en El Universal en 2010.
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